miércoles, 14 de octubre de 2015

UNA CALESA DE CHUCHES PARA UN VIAJE INOLVIDABLE

A principios del mes de Julio recibimos uno de esos encargos que son todo un reto y que, en el fondo,  son la debilidad de Bunyols (quién dijo reto?!): reproducir una calesa de caballos con chuches para una boda que se celebraría a principios del mes de Septiembre. 


Parecía imposible pero tras muchos bocetos, planos, pruebas de equilibrio y cientos de gominolas pinchadas, éste fue el resultado: una calesa muy dulce que acompañó a la feliz pareja de novios en el inicio de su viaje más inolvidable. 




Es difícil hacerse una idea del tamaño final de la calesa con las imágenes  anteriores pero he encontrado esta fotografía realizada en pleno proceso de taller en la que aparece mi pequeña y que ayuda a imaginar el tamaño final de esta composición de más de metro y medio de longitud y algo más de un metro de altura